¿SERÁ QUE EMPIEZO A CRECER?

Comenzar la etapa de la pubertad es uno de los cambios que mejor le pueden pasar tanto a niñas como a niños, pues empieza a cambiar nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros sentimientos, comenzamos a ver de manera diferente todo, ahora nos empieza a llamar la atención el niño latoso, o tal vez la niña greñuda, comenzamos a querer sobre salir frente a todas nuestras compañeras o compañeros, amigos o amigas e incluso comenzar a notarnos entre nuestra familia como “el guapo” y “la hermosa”, pero así como nos empiezan a atraer quienes menos nos imaginábamos, también comienzan los famosos “cambios hormonales”, y muchas veces nos sacamos tanto de onda que de un día a otro nos sentimos felices, al otro nos llega la “depre”, porque así somos de dramáticos y dramáticas por sentirnos tristes, ¡Ay qué tragedia, nadie me entiende!, nos ponemos rebeldes, tipo, ¡Yo no iré a la tienda mamá, ¡que oso!!, en fin, son cambios de altas y bajas en extremo, y pobres de nuestros padres, bueno, aunque ellos también pasaron por lo mismo, pero como dicen ¡Yo en mi época, no me portaba así!, pues, efectivamente los tiempos han cambiado, pero acaso, ¿no te has preguntado cómo viven este cambio los hombres y las mujeres?, pues deja de preguntártelo, y comienza a leer …

Lo que ellas opinan:

La etapa del cambio físico, es muy bonita, pues todas, pero todas las niñas del mundo son muy hermosas, sin embargo, a esa edad una no le pone tanta atención al hecho de que eres bonita, y cuando empieza esta etapa de cambio, uff’, ¡te sientes como venus en pleno apogeo!, y ya empiezas a arreglarte más, a peinarte de distintas maneras, y por supuesto comienzan muchos cambios físicos, y todos son muy bonitos y los aceptamos con orgullo y decoro, sin embargo, el que quizá nos provoca un mayor conflicto es el “inicio del periodo”, (menstruación o regla), pues acompañado de este, también vienen los cambios emocionales, queremos llorar todo el tiempo, nos enojamos, nos reímos, y a parte ¡soportamos un dolor en el vientre de INFARTO!, sin embargo, una vez que logramos conocernos, logramos incluso controlarnos, aunque sea un poquito, pero nos controlamos, y con el tiempo, nos damos cuenta y agradecemos que nos llegue ¡ANDRÉS!, y ¡no hombres!, “Andrés”, no es una persona, es nuestro “dolor de cabeza” o “nuestra salvación”, dependiendo del caso y la situación en que se nos presente (probablemente esto solo las mujeres lo entiendan). Sin duda alguna, la pubertad, la adolescencia y la juventud, son las etapas más lindas que te pueden suceder, así que tú no te preocupes si te salen granitos en la cara, o te “manchaste” en la escuela, o comienzas a tener cambios de humos impresionantes, pues es bastante normal, y algo que a todas las mujeres nos pasa y nos pasará, ¡NO TE AGOBIES! y tampoco te aproveches de la situación, intenta calmarte y controlarte a ti misma en estas altas y bajas de emociones.

Lo que ellos opinan:

Esta es la etapa en la que nos volvemos “jóvenes maduros”, con pelo en pecho, lomo plateado, power ranger rojo y el macho más alfa de todos, bueno, casi, aunque si nos sentimos más fuertes y más musculosos, y por supuesto que nos empiezan a llamar la atención algunas muchachitas bonitas, y también tenemos la presencia de los “sueños húmedos”, que generalmente, ese cambio nos emociona en cierto grado, pero también, se incluye nuestro grado de higiene, pues resulta ser “penoso”, el hecho de que nuestra mamá de cuenta, nunca nos debemos sentir avergonzados, pues es algo extremadamente natural, o sea, que a todos los hombres nos pasa y nos pasará en ese cambio de “niño a hombre”,  otro de los cambios es que, de momento si llegamos a ser rebeldes y respondones con nuestros padres o incluso con los maestros, aunque esto no justifique actos más graves, pues también nos podemos y nos debemos de controlar, y esta es una confesión importante, sobre todo para ustedes mujeres, ¡Sí nos ponemos sentimentales!, pues de que nos agarra el sentimiento nos agarra, y no hay quien nos quite, aunque no somos tan dramáticos como ustedes, porque esos “sentimentalismos” solo nos pegan de vez en cuando, casi nunca, pero de que los tenemos, los tenemos. Sin duda alguna, entrar en este cambio ¡es lo mejor que nos puede pasar como hombres!